Thursday, February 15, 2007

¨Consideraciones sobre el Raulato¨

Por Dr. Darsi Ferrer Ramírez.


La desaparición del señor Fidel Castro de la escena política despertó un marcado interés sobre el futuro en la Isla.

El debate de los analistas especula sobre posibles alternativas que pueden tener lugar en el futuro inmediato.

Entre otras, apelan a la posible capacidad de Raúl, heredero en funciones, de implementar reformas al estilo chino.

Algunos aseguran que con la muerte del exgobernante terminará la estabilidad del régimen y la sumisión del pueblo.

No pocos consideran la existencia de una lucha solapada por controlar el poder entre las distintas facciones de la nomenclatura.

Otros argumentan el papel a jugar por los EEUU y la Comunidad Europea en el posible desmantelamiento de la tiranía.

Por su parte, personeros del gobierno afirman que Castro se recupera y que hay solidez en el continuismo del sistema político.

Es probable que Cuba transite por una, varias o todas estas presunciones. Sin embargo, no son las únicas variantes.

Humanamente lo que suceda con el Sr. Castro tiene influencia en la situación social del país pero no determina.

Lo relevante es que ya desapareció de la esfera política, sin posibilidad de regreso por incapacidad física y mental.

Más importante que cuestionar la capacidad de Raúl para implementar reformas es preguntarse si está presionado a ello.

Hasta ahora la sucesión ocurre sin obstáculos, por el contrario, goza de aceptación interna y de legitimidad internacional.

Quienes heredaron el poder centran sus esfuerzos en evitar disturbios sociales y ganar tiempo a toda costa.

Está demostrado que las autoridades no poseen la voluntad ni el interés de obsequiar de regalo la libertad a los cubanos.

Hasta ahora, el supuesto vacío de poder por la ausencia de Castro es menos significativo que el demostrado por la disidencia.

Por lógica, el pretendido diálogo será posible solo cuando la estabilidad de la tiranía se sienta amenazada por la presión social interna.

Mientras, esperar por soluciones del exterior o de la oficialidad resulta iluso, paternalista y desconoce el potencial del pueblo.

Dadas las circunstancias, todos estamos ante una encrucijada, o se asume una posición de liderazgo activo o pasivamente se consumará la sucesión.

Crisis anteriores, como en 1989 y 1994, pasaron sin mayores consecuencias porque se esperó por soluciones espontáneas.

El pueblo está arrinconado por la miseria, sin esperanzas de cambios por carecer de los medios y los recursos necesarios.

Los líderes de la Disidencia tienen la opción de adoptar la desobediencia civil para propiciar la apertura del régimen.

El Exilio cuenta con la oportunidad de aportar los recursos imprescindibles para la realización de acciones cívicas dentro la Isla.



Ciudad de la Habana, 14 de febrero de 2007.

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