General Abelardo Colomé Ibarra
Ministro del Interior
Sr. Ministro:
A partir del día 10 próximo pasado y hasta hoy, el que suscribe ha recibido la visita de numerosas personas que, de una u otra forma, tuvieron que ver con los acontecimientos del parque Villalón en la ya reiterada marcha en celebración del Día Internacional de los Derechos Humanos que un grupo de compatriotas suele realizar.
Habiendo escuchado con atención a estas personas entre las que hay algunas mujeres, he llegado a algunas conclusiones que me han parecido pertinentes exponer a usted y al resto de nuestros conciudadanos.
En primer lugar, a contrario sensu de lo ocurrido en años anteriores en esta fecha y lugar, es decir, de la brutalidad desatada contra personas desarmadas e indefensas, en esta ocasión las fuerzas policiales uniformadas y no uniformadas se comportaron de forma irreprochable en el trato dado durante la detención, conducción y estadía de estos ciudadanos en las estaciones de policía donde se retuvieron para ser luego liberados y, en ocasiones, hasta devueltos a sus hogares en los vehículos de la policía, horas más tarde.
Esa actitud si se corresponde con el pensamiento del más grande de todos nosotros: “Yo quiero que la ley primera de nuestra república sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre”. Salvo en algún caso puntual, ese fue el actuar general de sus hombres. Para Ud., pues, nuestro reconocimiento.
En el segundo aspecto de este asunto, no puedo, desgraciadamente, expresar el mismo beneplácito. Este año, si bien en las condiciones antes expresadas, volvieron a detenerse, esta vez a un grupo mucho mayor, de personas mientras en el Palacio de Convenciones se efectuaba un taller en celebración de tan magna fecha.
La detención de una persona, como sé que Ud. conoce, procede únicamente cuando se sospecha (y no someramente) de la comisión de un delito. Detener a alguien cuando no se ha violado la ley en ningún sentido constituye un acto arbitrario y que en nuestro caso, no se justifica de ninguna manera a la luz de lo expresado por el canciller Pérez Roque en el diario Juventud Rebelde de fecha viernes 29 de febrero de 2008:
“El ministro cubano de Relaciones Exteriores, Felipe Pérez Roque, dijo este jueves que la firma de los Pactos de Derechos Humanos responde a una decisión soberana de un gobierno que nunca ha actuado bajo presión…
Añade que la Constitución de Cuba y su legislación consagran los derechos protegidos por esos Pactos y que las políticas y programas del Estado cubano garantizan la efectiva realización y protección de esos derechos para todos los cubanos.”
Sólo en los casos de excepción pudieran desconocerse los derechos que la Ley otorga a los ciudadanos y, que sepamos, ese estado no ha sido decretado.
Según se nos enseñó en los recintos universitarios, “el cumplimiento de la Ley es obligatorio para todos”: nunca se nos dijo que el Ministerio del Interior constituyera una excepción. Por otra parte, si procede la exigencia de la observancia de las leyes a los ciudadanos, esa exigencia se dobla en el caso de las autoridades por lo que implica la fuerza del ejemplo.
Me placería sobremanera, como lo fue en la primera parte de esta carta, poder constatar en una próxima oportunidad, que en este segundo aspecto de la triada ciudadanía-Derecho- autoridades el Ministerio del Interior, del cual es usted la máxima representación, se torna, cada vez más, garante de los derechos ciudadanos.
De Ud. respetuosa y atentamente,
Wilfredo Vallín Almeida
Licenciado en Derecho
Asociación Jurídica Cubana
Saludos Alfredo. Firme, precisa y elocuente su carta. Lamentablemente no todos asumen la actitud digna que usted ha asumido. Con su permiso la enlazo a mi blog.
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