Monday, September 14, 2009

Dr. Darsi Ferrer informa epidemias en el penal.

Por Jaime Leygonier.


El preso de conciencia Dr. Darsi Ferrer Ramírez informa desde la cárcel de Valle Grande que la población penal sufre brotes de tuberculosis y conjuntivitis en hacinamiento y malas condiciones que favorecen que se propaguen estas enfermedades.

El médico disidente - encarcelado sin juicio en ese penal habanero desde el 21 de julio - sacó esta información a través de su esposa Yusnaimy Jorge durante la visita familiar del 31 de agosto y no puede precisar el número de infestados.

Según la esposa - también activista y dama de blanco acompañante - el Dr. Ferrer declara que las autoridades carcelarias mantienen en cuarentena el Departamento 12 del penal por el brote de tuberculosis entre esos reclusos.

También aumentan en todo el penal casos de conjuntivitis y las autoridades determinaron para evitar la propagación recluir a los pacientes de conjuntivitis en el Departamento 12 en cuarentena junto con los de tuberculosis. Medida inhumana que expondría a estos pacientes a infestarse mutuamente.

Hace años el Dr. Ferrer analizó en su labor de periodismo médico que la tuberculosis casi erradicada en Cuba antes de la revolución de 1959 volvía a propagarse - al igual que otras enfermedades infecciosas y respiratorias - no sólo por su rebrote mundial por mutación sino también por el incremento en el País de condiciones de desnutrición, hacinamiento, falta de agua corriente, mala ventilación de las viviendas, incremento de plagas de animales vectores.

Estas condiciones favorables a la propagación de enfermedades y particularmente de la tuberculosis y la conjuntivitis hemorrágica aumentaron en Cuba, se multiplican en las prisiones y caracterizan al penal de Valle Grande.

EL Dr. Ferrer afirma que las condiciones higiénicas son espantosas, el agua es escaza, no es potable, abundan el parasitismo y enfermedades dérmicas y la comida no se puede comer. El apenas come.

Recientemente denunció una intoxicación masiva en el penal porque dieron como alimento a los reclusos picadillo podrido.

Este médico, director del Centro de salud y derechos Humanos "Juan Bruno Zayas" repite su afirmación de que las condiciones de las cárceles cubanas son incompatibles con la salud humana.

(La Habana, 31 de agosto, 2009).

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