La Habana, 3 de noviembre de 2010
Catherine Ashton
Alta Representante de Política Exterior de la Unión Europea
Distinguida Sra. Ashton:
Nos dirigimos a Ud. en una ocasión compleja, difícil y peligrosa para la sociedad cubana. Compleja porque la sintonización de nuestra sociedad con la sociedad global se está produciendo en medio de obstáculos estructurales inmensos; difícil porque las resistencias psicológicas y políticas del gobierno siguen desafiando la evolución de la misma sociedad, y peligrosa porque las respuestas y reacciones de las autoridades a las demandas sociales, políticas y de derechos humanos de los cubanos pueden conducirnos tanto a la precariedad endémica de la nación como a un conflicto civil.
Un gobierno atrapado en 1960 persiste en dominar a una sociedad cuya evolución fundamental la sitúa en el año 2000, en medio de un mundo globalizado que ya va dejando atrás la primera década del siglo XXI. Este retardo histórico del gobierno respecto de su propia sociedad y del mundo continúa generando hechos realmente preocupantes para nuestra sociedad y nuestra convivencia.
Las golpizas a mujeres ancianas y otros activistas afrocubanos, la represión brutal y medieval a las manifestaciones pacíficas de las últimas semanas en la zona oriental del país, la persistencia en impedir las reuniones y los debates pacíficos dentro de la sociedad civil, sumado a las amenazas y detenciones de activistas que insisten en ejercer sus derechos, siguen describiendo el círculo poco virtuoso e inútil a través del cual el gobierno intenta recuperar la legitimidad que las aspiraciones, expectativas y prácticas de sus ciudadanos le niegan cotidianamente. Un gobierno que se defiende de las ideas con los instrumentos y políticas que todos los gobiernos emplean para defenderse de la violencia.
Consenso Cívico y Nuevo País, plataformas cívica y política respectivamente, quieren llamar su atención y la de la Unión Europea en este particular contexto político, pero en un sentido estratégico.
Con independencia del debate esencialmente plural al interior de estas plataformas, fundamentalmente en torno a la Posición Común de la Unión Europea, coincidimos en que una estrategia acertada con Cuba pasa por definir una Política Común que fortalezca la interlocución con todos los actores de la sociedad civil y política cubana, eleve su reconocimiento frente a, y dentro de, la comunidad internacional, y establezca redes concretas y efectivas de cooperación que potencien su capacidad de intercambio e interacción con los ciudadanos y al interior de la sociedad civil misma.
Una Política Común así definida conecta más con la dirección en la que se mueve la sociedad cubana, y con los escenarios reales de la sociedad civil autónoma e independiente donde, hoy por hoy, se produce la mayor circulación de personas, bienes, concepciones, ideas e intercambios.
Consideramos que este es el mejor enfoque estratégico al dilema de inadaptabilidad del régimen cubano. Un dilema que los lleva a un triple desafío: el desafío a sus propias leyes y a su propia constitución, ―desafío que le está convirtiendo en un Estado forzudo e ilegal frente a sus propios ciudadanos―; el desafío a sus compromisos internacionales, en franca burla de la voluntad expresada con la firma de los Pactos internacionales de derechos humanos, y el desafío a su exclusiva responsabilidad con sus propios fracasos, que insisten en descargar sobre la sociedad cubana excluyéndola, al mismo tiempo, de su derecho a resolver los problemas que sufre y de la que no es la principal responsable.
Tal enfoque estaría en congruencia práctica tanto con la promoción de los derechos fundamentales como con el diálogo hacia el gobierno cubano.
Con el testimonio de nuestra más alta consideración,
Mesa Coordinadora Promotores
Proyecto Nuevo País Consenso Cívico
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