Friday, June 22, 2012

Radiografía del totalitarismo

Por Dr. Darsi Ferret


La Habana, Cuba. 19 de junio de 2012.





Los regímenes dictatoriales y, en especial, los totalitarismos, son modelos con un diseño estructural bastante primitivo, que se caracterizan por el poco margen para la creatividad o su evolución. Todos actúan del mismo modo. Se basan en la represión como método de sojuzgamiento y control social. En la práctica se apoyan en una policía política que constantemente reprime al 10 % de la población, y con ello infunden terror de modo indirecto al 90 % restante. En función de esa dinámica emplean enormes recursos humanos y materiales, y generan un considerable gasto al PIB nacional.



Aparentan ser omnipresentes, profesionales, eficientes y, sobre todo, invulnerables. Frente a las acciones conocidas y planificadas con antelación, la maquinaria represiva se desenvuelve muy bien, de manera aplastante. Sin embargo, se torna disfuncional a la hora de aplacar incidentes espontáneos, y pierde toda capacidad de respuesta si esos eventos llegan a ser de participación masiva.



Así quedó demostrado en la ex Alemania del Este, donde una simple declaración de un alto funcionario del gobierno, asegurando que se respetaría el derecho a viajar libremente de los ciudadanos, provocó que en su lado prosoviético de Berlín miles de personas se agolparan frente al muro que los dividía de los occidentales. Aquello se vino abajo en un lapso de minutos. La terrorífica Stasi, con toda su andamiaje intacto, no reaccionó, quedó paralizada.



Similar acontecimiento ocurrió con la temible Securitate en la Rumania de Ceaucescu, cuando en una concentración popular de reafirmación socialista alguien gritó consignas antigubernamentales y el contagio en los presentes terminó por desmoronar al régimen en escasos minutos. En la desaparecida Checoslovaquia, la represión desmedida de una manifestación estudiantil condujo a que al día siguiente se lanzaran también los adultos y, en solo cuestión de horas, pusieran fin al sistema dictatorial. Los hechos en Polonia se dieron de manera parecida, los trabajadores de un astillero se amotinaron, luego siguieron otros y finalmente obligaron al gobierno a sentarse en una mesa de diálogo que llevó a la celebración de elecciones generales donde el Sindicato Solidaridad de la oposición barrió con los oficialistas.



Más recientemente, en varias naciones Árabes se desataron protestas populares masivas en reclamo de libertades y, distinto a lo sucedido en los países de Europa del Este, sus gobernantes respondieron con una cruenta violencia. Muchos manifestantes fueron masacrados en las calles, y en el caso de Muanmar el Gadafi, llegó a la barbaridad de bombardear con la aviación a su propio pueblo. Como resultado de esas acciones despiadadas, la población salió más determinada a romper las cadenas de la opresión y sobrepasaron a los aparatos represivos en Túnez, Egipto y Libia, donde fueron derrocados los regímenes dictatoriales. Hoy en Siria, a pesar de que la población es atacada con tanques de guerra, morteros y otros armamentos de artillería pesada, el régimen ha perdido el control de los focos de sublevados, y el país se encuentra inmerso en una guerra civil, que terminará por destronar al genocida Bashar Al Assad.



La seguridad del estado cubana es parte de ese gigantesco y feroz mecanismo con pies de barro, e igualmente un día aparecerá la gota que derrame a la sociedad y queden petrificados, sin capacidad de respuesta. No se deben perder las esperanzas, la libertad está al asomarse en el horizonte del archipiélago antillano.

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