La Habana, Cuba. 9 de septiembre de 2010.
Sr. José Luís Rodríguez Zapatero, Presidente del Gobierno España
Constituye un hecho significativo para la sociedad cubana la liberación paulatina de presos políticos como resultado del proceso de diálogo que sostienen el Gobierno cubano y la jerarquía de la Iglesia Católica, con el acompañamiento de su gobierno. Lamentablemente, estas excarcelaciones ocurren en condiciones que pueden ser catalogadas de humillantes porque determinan el destierro de nuestros compatriotas.
La satisfacción que provoca la solución del injusto drama sufrido por esas personas inocentes en las cárceles de Cuba, confinadas por el mero hecho de ejercer derechos fundamentales, se disipa al no acompañarse las liberaciones por garantías jurídicas que aseguren no ocurrirán futuras oleadas represivas por motivaciones políticas.
Por esas razones y motivados por la responsabilidad y el compromiso que hemos asumido con el destino de nuestra Patria, todos los firmantes de esta carta le pedimos a usted, respetuosamente, que apoye nuestra propuesta Consenso Cívico, que le demanda al Gobierno de Cuba la adopción de dos medidas mínimas pero esenciales para el bienestar de la sociedad cubana:
1- El reconocimiento legal de las diversas organizaciones independientes de la sociedad civil.
2- La ratificación de los Pactos de Derechos Civiles y Políticos; y Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas.
El reconocimiento legal de las organizaciones independientes facilitaría la inserción en el acontecer nacional de una gama de organizaciones y proyectos, que son excluidos en la actualidad del derecho a participar libremente de la vida nacional. Además, la suma de todos esos actores sociales potenciaría las posibilidades de encontrar soluciones viables para todos.
Mediante la ratificación de los Pactos de derechos humanos de las Naciones Unidas, ya firmados por el gobierno cubano el 28 de febrero de 2008, se garantizaría el respeto a las libertades y derechos fundamentales de las personas. Esta situación exhibe hoy un panorama desfavorable que se traduce en penurias para todos los ciudadanos.
Al igual que España dio muestras de gran sabiduría al no excluir a ningún sector de la sociedad española en la transición democrática, y optó por la inclusión, tenemos fe en que su gobierno comprenda que resulta determinante que el compromiso con el destino de la nación cubana no sólo debe enmarcarse en el proceso de diálogo entre el gobierno cubano y la jerarquía de la Iglesia Católica. Es necesario que este proceso se abra al resto de los actores de la sociedad civil, que también sufren las consecuencias del problema cubano y deben ser parte de su solución.
Con el testimonio de nuestra más alta consideración,
Miembros de la sociedad civil firmantes de Consenso Cívico
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