Por Dr. Darsi Ferrer
La Habana, 12 de abril de 2008.
“El viejo Alfredo”, es el mote por el que se conoce al anciano de 81 años Alfredo Guilleuma Rodríguez. Como muchos otros cubanos sensibles con la suerte de su pueblo luchó contra el dictador Batista y estuvo a punto de perder la vida en unos de los arrestos de los que fue víctima por su activismo.
Poco tiempo después del 59 se fue separando del nuevo proceso político hasta que se apartó definitivamente por considerar que los nuevos líderes en el poder traicionaron los ideales por los que lucharon.
En el presente Alfredo vive en una pequeña casa del Vedado, en Ciudad de la Habana, lleno de miseria y tiene bajo su cargo la crianza de un nieto de 15 años que la mamá abandono de chiquitico y el papá no se ocupa en atender. Percibe una jubilación de 202 pesos mensuales, de los que le rebajan 57 por el pago de su refrigerador.
Para la seguridad del estado este Sr. es un enemigo peligroso, al que no le pierden pie ni pisada. Por eso no se cansan de hostigarlo, amenazarlo ni de cometer abusos de todo tipo en su contra. Lo hacen pagar un alto precio por sus convicciones políticas. Su “delito” es ser opositor y luchar pacíficamente por la libertad de Cuba.
El pasado día 10 dos oficiales de la seguridad interceptaron al viejo Alfredo en medio de la calle, cuando se dirigía a la panadería. Sin ofrecerle muchas explicaciones lo montaron en un auto moderno y le dijeron que lo llevarían a conversar. Uno de los oficiales se bajo en la céntrica calle 23, compro unas cervezas, le ofreció una al detenido que se negó a aceptarla, y siguieron la marcha hasta llegar al bosque de La Habana, un lugar apartado en la periferia de la Ciudad.
Casualmente el bosque fue uno de los lugares donde aparecían tirados los cuerpos de los jóvenes asesinados por los sicarios de Batista. También ha sido escenario de frecuentes crímenes y violaciones durante estos años de “revolución”.
- “Ya no vamos a hablar más contigo, para que lo sepas bien”. “Te hemos querido ayudar y tu no acabas de quitarte de eso”. “Sabemos que vas al parque frente a la SINA y que allí te reúnes con otros opositores”. “No veas mas al Dr. Ferrer, eso no te conviene, a él lo vamos a mandar con los 5 ó 6 médicos que tenemos en el Combinado (prisión provincial)”. “Te están utilizando para que des la cara en las actividades y ellos se llevan las prebendas”. “Nosotros tenemos cárceles hasta para los viejos”.
Esta fue parte de la charla sostenida con Alfredo por los oficiales de la inteligencia que se identificaron como Alexis y Tomas, mientras se refrescaban bajo los arboles con la brisa y un poco de bebida.
No faltó en la conversación el ofrecimiento de mejorarle la vivienda y buscarle trabajo en una tienda de divisa ubicada cerca de su casa, cuidando los bolsos de los clientes. Le aseguraron que allí resolvería la comida, meriendas y unos 20 dólares mensuales. Porque según le dijeron tienen interés en salvarlo, quieren ayudarlo, para que recapacite y no pase mas trabajo.
Como el viejo mantuvo firme su posición de seguir la labor contestaría y rechazo los condicionados ofrecimientos, además de acabarse las pocas cervezas, entonces dieron por terminada la conversación y lo llevaron de regreso. Lo soltaron en el Anfiteatro de la Habana, a unos 15 Km de su residencia.
Semanas atrás Alfredo iba por la calle Paseo y Línea al correo de su localidad y unos oficiales se le acercaron y le quitaron el bastón que tenia. A su protesta le contestaron que fuera hacerse uno de verdad a “Cuba Rada”, porque no le podían permitir que agrediera a alguien con aquel trozo de hierro. Todavía no ha encontrado la forma de tener otro bastón que le ayude a caminar.
Un par de meses antes unos agentes de la seguridad lo llamaron en la vía pública cerca de su casa, y como no les hizo caso se le aproximaron, lo agarraron por el brazo y le dieron un halón que cayó al piso. Algunos transeúntes intervinieron reclamando, los segurosos enseñaron el carnet y se justificaron con que él era un viejo contrarrevolucionario que causa problemas. Después se marcharon.
El policía jefe de sector de su zona de residencia le tiene advertido que no quiere verlo por la calle en fechas señaladas. Ese mismo señor un día se presento en su casa exigiéndole que le diera el radio, porque, según le dijo, el del CDR y la jefa de vigilancia denunciaron que escuchaba Radio Martí en alta voz, y esa era una emisora gusana y contrarrevolucionaria. Alfredo optó por romper el equipo contra el piso antes de entregarlo.
Para conmemorar la muerte de Martin Luther King el viejo Alfredo compró un ramo de flores y se fue hasta el memorial que está en 23 y F, el pasado día 4. Al llegar se topó con varios oficiales de la seguridad que lo obligaron a depositar las flores y a marcharse rápido, porque le reprocharon que su presencia no era grata.
Hace unos pocos años al nieto se lo sacaron de la escuela donde estudiaba, “La Machaco Almeijeiras” de niños abandonados. Al abuelo le dijeron que aquella institución prestaba servicio solo a los casos de niños revolucionarios.
Aunque su salud es bien precaria el viejo Alfredo ha participado en las marchas realizadas en los dos últimos 10 de diciembre, en el parque “Villalón” del Vedado. En ambas actividades los participantes han sufrido golpizas y arrestos arbitrarios. Su depauperado estado no ha impedido que sea victima de la agresión física a manos de los agentes de la seguridad del estado.
Como le han advertido en muchas ocasiones a Alfredo Guilleuma lo tienen en la mira, colimado, en cualquier momento aprietan el gatillo.
Nota: Envío foto de Alfredo Guilleuma
No comments:
Post a Comment