Dr. Darsi Ferret
Miami, Florida. 31 de enero de 2013.
Increíble... el presidente Barack Obama declaró en entrevista reciente a la cadena Telemundo, que las relaciones entre Estados Unidos y Cuba pueden cambiar en el decursar de los próximos cuatro años, y aseguró que está abierto a trabajar en ese ambiente de "progreso". No cabe la menor duda de que "Cuba" en las palabras de Obama significa régimen castrista y noparece incluir al pueblo cubano.
Pero revisemos un par de hechos para entender qué hay por detrás de esta actitud del gobernante de EEUU. El principal obstáculo relaciones bilaterales Cuba-USA lo representa la injusta condena a 15 años de prisión que cumple en La Habana el ciudadano estadounidense Alan Gross. Raúl Castro no ha cedido un ápice y se muestra intrasigente en su postura de mantenerlo encarcelado, a pesar de los pedidos de clemencia de la familia del reo, de los reclamos de excarcelación del gobierno americano y de las peticiones de repatriación de importantes personalidades e instituciones internacionales, entre las que destaca el Grupo de Detención Arbitraria del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que declaró injusta la detención de Gross y sin garantías procesales el juicio en el que fue sancionado.
Recordemos que las medidas de presión adoptadas desde hace años por EEUU contra el régimen castrista tienen por condicionante la exigencia de mejoras en materia de derechos humanos. En la isla lejos de asumirse reformas o aperturas para resolver el irrespeto a las libertades y derechos de los ciudadanos, aumentan la represión y los abusos e injusticias que sufre de modo cotidiano la población.
Cuando se estudian los peligros que afrontan los EEUU en su entorno exterior, se constata que uno de los más preocupantes para esa nación es la amenaza de una posible Cuba inestable, a consecuencia de la caída del régimen y del vacio de poder que se pueda generar. ¿Por qué es tan serio este asunto para los americanos? Porque la pérdida de control del poder en la isla puede desembocar fácilmente en una situación de ingobernabilidad, que empuje a un éxodo masivo con un efecto desestabilizador para la Florida. Además, la isla podría convertirse a escasas 90 millas de USA, en refugio para los grupos que operan el narcotráfico internacional, el tráfico de personas y en base operativa del terrorismo internacional. En resumen, el litoral que colinda entre ambas naciones vecinas pasaría a ser más peligroso e incontrolable que la propia y ya bastante conflictiva frontera de EEUU-México. Este complejo panorama hace que el principal interés del gobierno estadounidense respecto a Cuba no sea la libertad del pueblo cubano, sino la estabilidad interna dentro de la isla.
No es un secreto para nadie que Hugo Chávez no tiene vuelta atrás, está al morir en cualquier momento. Y no debe haber servicio de inteligencia foráneo mejor informado que el de USA sobre esa realidad insuperable del ex caudillo venezolano. También está claro que el chavismo sin Chávez no va a ninguna parte, por muchas jugarretas y maniobras que realicen en función de conservar el poder. Y la tendencia de la remesa multimillonaria, llegada desde Venezuela y que le sirve de sostén a los Castro, es a desaparecer aún antes del desplome del chavismo post-Chávez. O sea, el régimen castrista se tambalea y no tiene alternativa para sobrevivir la pronta debacle venezolana.
Lo que ocultan las palabras del presidente Obama es que constituyen el acomodamiento de lo que puede representar una estrategia de contención concebida para apuntalar al régimen de los Castro, lo que se resolvería garantizándoles vías de financiamiento a través del relajamiento del embargo, sin poner en duda que quizás esta acción de EEUU se complemente con el acuerdo bilateral de un posterior desmonte del castrismo, paulatino y organizado, como salida beneficiosa para ambos gobiernos.
En el escenario internacional, Obama se ha mostrado poco determinado y sin la firmeza de otros ex gobernantes americanos. Este hecho lo muestran las disculpas que ofreció a las naciones islamistas y musulmanas, por las acciones militares protagonizadas por EEUU en diversas naciones, las que han sido dirigidas en defensa de los valores occidentales y no con el propósito de someter pueblos u ocupar territorios. También el mandatario estadounidense mantuvo un bajo perfil y poca firmeza en la respuesta dada a los regímenes derrocados en el Medio Oriente, que mientras se resistían cometieron salvajes masacres contra sus propios pueblos. El caso de mayor inacción de USA es en la guerra civil que aún perdura en Siria luego de más de dos años, y que contabiliza alrededor de 60 mil asesinados y un número incontable de refugiados y desplazados.
El pueblo cubano tiene que estar vigilante y determinado a luchar por la libertad sin ningún tipo de concesión al régimen de los hermanos Castro, y no contar con la ilusión de que será liberado por algún tercero. Debe tener claro de que no es prioridad en la agenda de la Casa Blanca. La única alternativa recommendable es tumbar al regimen castrista, y mientras más rápido mejor. La libertad no se negocia.
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