Por Sinue Escolarte.
La Habana Cuba.
sinuescolarte@gmail.com
Ser Dr en medicina humana, es disfrutar una hermosa profesión en la que el retiro moral, no se efectúa nunca si está implícita en el alma del que la eligió para hacerla suya, por eso, la jubilación generalmente se prolonga mas tiempo que en otras profesiones. El reconocimiento social es marcado para los que realizan con entrega, semejante labor, convirtiéndose en una manera de alimentarles el alma y la autoestima que así, mantienen vivo el animo y las necesidades de superación e investigación en aquellos que deciden asumir en toda su intensidad esta carrera, obligados a la constante renovación y actualización de sus conocimientos, imprescindibles para ejercerla con un decoroso nivel.
Un buen medico, nace con un talento o aptitud natural diferentes, que luego con el constante entrenamiento practico y las necesidades e inquietudes científicas, crece hasta convertirlo en un virtuoso, y de no ser así, se agota hasta percibirlo como un mediocre. Los que carecen de ese talento y esfuerzo, pueden portar sobre su cuerpo una bata sanitaria y un estetoscopio, pero nunca llevarán en sus cerebros, el provechoso pensar que los hace ser admirados y respetados.
Se deduce entonces que para alcanzar la verdadera madurez clínica o quirúrgica, se necesita, conjugado con el virtuosismo, mucho tiempo y dedicación acumulando muchas veces tristes experiencias, y otras, alegres resultados, para al fin sentir el dominio suficiente y la seguridad justa que facilitan el certero diagnostico de enfermedades complejas, con expresiones etiológicas subclínicas. Cuando esto se consigue, es que puede afirmarse que se alcanzó la plenitud máxima, punto al que en Cuba muchos galenos no llegan, sumidos en disímiles tareas que son obligadas y dificultades personales que lo van apartando de su camino, hasta desactivarlos y convertirlo en autómatas que repiten lo que ven. Son miles los que hoy tienen este triste comportamiento.
En Cuba un medico se levanta sin desayuno, toma el ómnibus repleto, al llegar a su hospital es advertido en la entrega de guardia de los errores cometidos y las amenazas emanadas de la escasez, la indolencia y la corrupción, discute por los incumplimientos y lo mal hecho en una sala sin higiene, o se los calla por costumbre e insolución, no tiene almuerzo, o es de inapetecible calidad, se esconde o escabulle para irse mas temprano, hace guardias de 24 horas cada 5 días en condiciones que nadie aceptaría y sin pago alguno, trabaja hasta el mediodía del otro día y se va sin autorización, pues no está reglamentado el descanso post guardia, para luego de otro viaje increíble de regreso, llegar a su casa si la tiene, a arreglar o resolver algo y pensar que comerán. A esto se suman las movilizaciones, las reuniones políticas del sindicato el partido, la juventud, la asamblea de rendición de cuentas, la guardia del comité de defensa de la revolución, o las actividades de la federación de mujeres cubanas y la guardia obrera.
Si se trata del medico de familia, hay que agregarle una incalculable relación de supervisiones, irrespeto publico, miedo, y tensiones que solo ellos conocen.
En ambos casos el salario no sobrepasa los 25 cuc, es decir un medico cubano no gasta mas de un cuc diario con lo que califica en la pobreza extrema. Pero si, cotiza las organizaciones políticas a las que está obligado a pertenecer: Sindicato, Milicias de tropas territoriales, UJC, PCC, FMC, CDR.
Por todo esto se ve presionado a aceptar la limosna de los pacientes, junto a sus exigencias y majaderías, con la cual completan parte de sus necesidades, en detrimento de su imagen y atemorizados por posibles quejas. Ni pensar en verdadera superación, nadie suspende une residencia o especialidad, todos serán especialistas y cualquier cosa, justifica la no asistencia a actividades científicas, que solo conseguirían embotar mas sus ya cargadas mentes.
Ante esta situación aparecen los dos caminos posibles a escoger para sobrevivir: actividades ilícitas, o convertirse en un patriota ¨¨Luchando¨¨ una misión internacionalista con lo que toda esta pesadilla, quedará en manos de aquellos infelices que no pueden viajar, sobrecargándoles mas, sus ya precarias vidas sin que aumente su salario. Mas guardias, consultas, reuniones, mas responsabilidad, e igual dinero serán su recompensa.
He conocido algunos que han probado en ambos terrenos: primero, dedicándose a mensajeros rentadores de películas de video y tras advertencias del jefe del sector de la policía o detenciones, han tomado como única solución, el honroso camino de la misión internacionalista, para un tiempo después, abandonarla, huyendo hacia otro país, siendo ahora condenados por el régimen al destierro en calidad desertores.
También conozco uno que posterior a todo esto, en el exilio, alcanzó a base de voluntad y valentía, de nuevo, su categoría doctoral, recibiendo por fin los beneficios que alguna vez había soñado, mientras que otro, desgastado, desilusionado, sin mas camino, continuó fiel a la revolución con los sacrificios y el esfuerzo que le solicitó dentro y fuera de Cuba y con 36 años de labor y 62 años de edad en plena facultad, con altos y amplios conocimientos por entregar, pero sin sus sueños logrados, decide el retiro en busca de su libertad, con un salario que demuestra la justicia del estado socialista de, 12 cuc mensuales, hundiéndolo mas en la pobreza que seguro lo obligará al delito, o al exilio, y luego de haber dejado su vida en el trabajo por la vida de la humanidad, observa sin remedio, cuanto le costó y consiguió, por su entrega, confianza y total dedicación, enredado entre las promesas esperanzadoras de un modelo que lo engañó.
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