OSCAR PEÑA: Excarcelación, ¿a quién felicitar?
By OSCAR PEÑA
Estoy seguro de que es un empeño muy difícil encontrar personas que no le agrade la excarcelación de otras y mucho más cuando se trata de inocentes condenados por orden y orientación del jefe de un gobierno totalitario que como el de Cuba hace leyes a su medida como el sastre que corta un traje. En nuestro país las leyes son escritas en el despacho del dictador y siempre son de extrema severidad para garantizar la subsistencia del régimen tirano y vitalicio.
Es muy difícil para un ciudadano decente en Cuba respetar las leyes porque todas están confeccionadas para mutilar las libertades civiles. Son leyes antinatura. Si la cárcel siempre es dura y triste para culpables de delitos reales, imagine cómo debe ser para ciudadanos inocentes como los presos políticos. No puedo negar que por los presos y sus familiares --aun siendo, como expresa nuestro poeta Raúl Rivero, un macabro y expreso destierro con corbata-- me alegro de su salida de esa injusta prisión, pero como otros compatriotas no observo ``el vaso cubano con más agua''. La operación es redundancia. Desangrar más a Cuba de sus hijos no es lo que necesita nuestro país como solución. Hay que cambiar las leyes y las mentes.
No se trata de agrado por presos de conciencia cubanos con los que me identifican ideas y proyectos para la patria y que son inocentes. También quisiera que hasta los comprobados culpables cinco espías cubanos presos en Estados Unidos fueran también excarcelados. Ellos no son inocentes. Es un tema de humanidad. Ya han pagado bien caro su vileza y servilismo a un régimen que les hizo creer que eran héroes designados para llevar a cabo heroicas misiones por la revolución, cuando no hacían más que un servicio de soplones y siervos. Parte del castigo es haberse dado cuenta para sus adentros de esa realidad. Veo en ellos el atenuante que tiene todo nuestro pueblo: fueron víctimas de la desinformación, confusión y miedo que genera un sistema totalitario. También me sensibilizo con el dolor de sus padres, esposa y demás familiares y espero que en algún momento ellos también lo hagan con los familiares de los muertos a cuyo asesinato --directa o indirectamente-- ellos cooperaron.
Esto no impide que perciba el entorno. ¿Como concebir los primeros párrafos de este artículo y la ausencia de mis felicitaciones --como activista cubano de derechos humanos-- a la Iglesia Católica y al gobierno de España por su llamada mediación en estas ``liberaciones''? Porque entiendo que no fueron esfuerzos reales ganados en la lucha y el afán de ayudar a los prisioneros y al pueblo cubano. El cardenal cubano y España debieron exigir la liberación de todos los presos políticos al momento y sin condiciones, como salieron los asaltantes del cuartel Moncada a sólo 22 meses de su larga condena. Si ambos han obtenido este falso papel mediador ha sido porque le fue otorgado por las propias autoridades del régimen cubano con el propósito de opacar y desvirtuar el papel de los disidentes y la naciente sociedad civil cubana. Lamentablemente para Cuba si alguien sabe jugar ajedrez político son estos viejos camajanes dirigentes del régimen de la isla. Y si alguna institución sabe navegar en todos los mares es la Iglesia Católica. Hoy la cubana se ofrece con el propósito de alcanzar su viejo objetivo de lograr un programa de media hora en la televisión y en la radio nacional. Y en el gobierno de España observamos mucha presión sobre ellos de los inversionistas españoles en la isla para que su gobierno haga gracias al régimen y así asegurar y expandir inversiones. Puro interés económico.
No debemos perder la perspectiva. Tampoco al régimen cubano puede felicitarse. Es recurrente en sus bajezas y abusos. Nunca los debió encerrar. Utilizan con sus adversarios cívicos las máximas sanciones que utilizaban las antiguas autoridades colonialistas españolas con los criollos cubanos: José Martí también fue deportado a Madrid. Me da mucha alegría la ``libertad'' de mis compatriotas y hermanos de lucha y es humano entender la opción del avión a estar 20 abriles más presos. También yo opté por el avión. Además nadie es imprescindible y siempre ha surgido el relevo en esta digna carrera.
Si a alguien hay que dar mérito en esta última batalla es sólo a Orlando Zapata Tamayo, las Damas de Blanco y Guillermo Fariñas.
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