Por Jaime Leygonier.
La farsa que desarrolla desde hace año y medio la élite gobernante de Cuba culminó con el final esperado del retiro del fundador y cabeza del Régimen.
Pese a lo burdo de la maniobra, sirvió para que la dictadura sobreviviera sin el dictador como jinete sin cabeza que continua a caballo sobre el pueblo llevándolo al despeñadero.
En Cuba, cuando alguien descubre una verdad de Perogrullo decimos : “Se cayó de la mata”, muchos se cayeron ahora tras año y medio de dejarse tomar el pelo por este gobierno de ilusionistas y taxidermistas que presentaban como fiera viva al anciano tan impresentable por caduco que lo han secuestrado durante tanto tiempo para continuar gobernando en su nombre.
Ya Raúl Castro – el heredero que se calzó a Cuba en julio como quien quita las botas a un cadáver – Hugo Chávez y hasta Lula, no tendrán que expedir al anciano invisible certificados de diaria mejoría, fortaleza y claridad mental. Pitonisos mendasez cuyas aseveraciones fingían tomar en serio los políticos interesados en eternizar la tiranía en Cuba.
Los mismos que ahora profetizaran falsamente que en Cuba habrá reformas, si no lo profetizan desde hace año y medio.
La cúpula aún teme andar con sus propios pies, con terquedad de animales carroñeros quieren seguir devorando la osamenta del Comandante, allí tienen a su dios, tras la nube, para decir que dijo esto o lo otro, para que Raúl Castro - nuevo Moisés- sea el único mortal que hable con él cara a cara y lo transmita al pueblo.
Lo pasan al puesto honorario de consejero, patriarca brujo de la tribu en cuyo nombre publicarán escritos.
No se retira, Fidel Castro era incapaz de retirarse, incapaz de saberse incapaz, lo retiraron hace año y medio con una incruenta revuelta palaciega, todos contra el animal enfermo, como mismo retiró Stalin a Lenin, para que se repusiera de su enfermedad bien lejos y bien oculto.
Muy mal tenía que estar el anciano jefe de la manada para que con absoluta unanimidad lo desaparecieran sus secuaces. Ya exhibía su caducidad en forma peligrosa para la vida del Régimen mucho antes de que anunciaran que estaba enfermo.
Es una hazaña que la manada sobreviviera tanto sin macho alfa y lo fingieran vivo. Es increíble que la oposición – salvo excepciones como el doctor Darsi Ferrer – no aprovechara el momento para presionar con acciones cívicas. Es incorrecto que aún hoy varios opositores se dediquen a las frases huecas y hasta a recomendar pasividad, en coro con los obispos católicos y la Asociación Yoruba, de sacerdotes afrocubanos
Es criminal hoy la consigna de “esténse quietos y no se metan en problemas mientras los sucesores monárquicos se consolidan”.
Es deber combatir un Gobierno ilegal por su origen de gobierno de facto que tomó el poder por la fuerza y por la fuerza conservó a la Nación como botín de guerra desde 1959.
Ilegal porque viola sistemáticamente no ya los derechos humanos – sin que le importe firmar convenciones de la ONU que no piensa cumplir – sino las leyes y constitución con que pretende enmascarar su tiranía. Ilegal porque miente en sus parodias de elecciones y oculta cifras y la caducidad de Fidel Castro para obtener votos que aproveche a su heredero Raúl Castro.
De haber anunciado antes del simulacro electoral que Castro el grande no gobernaría más, casi nadie hubiera votado por el Castro chico.
Tras año y medio de vano intento de revertir el culto a la personalidad, proseguirán culpando disimuladamente de todo a Fidel Castro y presentando como humano a su hermano Raúl.
Proseguirán improvisando, estafando a la opinión con ilusiones de que habrá reformas y mejoría – como hizo Fidel Castro cien veces – , reprimirán, harán cada día más ingobernable al país y nos arrojarán al caos y al baño de sangre.
Ya no es política, es deber humano perder el miedo y salvar a Cuba de esta manada sin cabeza.
La Habana, 20 de febrero del 2008.
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