Por Dr. Darsi Ferrer
La Habana, lunes 27de abril de 2009.
La familia del afrocubano Julio Ibáñez teme ser víctima en las próximas 24 horas de una ¨extracción¨, eufemismo que utilizan las autoridades del gobierno para hacer referencia a los desalojos, luego de recibir hace dos días un ultimátum de manos de funcionarios del Estado y de la policía con la amenaza de que abandonen inmediatamente su casa, o de lo contrario serán sacados para la calle mediante el uso de la fuerza.
En Cuba los desalojos forzosos constituyen una práctica cotidiana, las víctimas por lo general son personas de la raza negra, la particularidad en la situación del Sr. Ibáñez es que se trata de otro acto dirigido a desconocer el derecho a la libertad de cultos, pues, según le aseguró el Sr Frank, jefe del partido comunista del municipio, no le perdonan que en su condición de pastor de la iglesia evangélica haya habilitado parte de su vivienda como salón de reuniones, y que realice actividades religiosas con los miembros de su congregación.
La entidad de vivienda hace años comenzó el litigio contra la familia del pastor Ibáñez, acusándolos de que la permuta que realizaron para cambiar la casa donde vivían en la localidad de Bahía Honda por la actual del Mariel fue un disfraz, y que en realidad ocultaron una compra-venta, acción que está prohibida en el país. El caso se llevó a los tribunales y después de varios juicios y reclamaciones la instancia suprema de justicia ratificó la sentencia de confiscación del inmueble emitida por el tribunal provincial, por el delito de “sesión ilícita”.
Lo asombroso es que la parte acusadora no presentó pruebas de culpabilidad en ningún momento, los documentos de la vivienda están en regla, y todos los trámites para materializar la permuta se hicieron en las oficinas del Estado correspondiente. Aunque en los juicios no se demostró que hubo soborno ni ningún trámite fraudulento, la sentencia se aplicó bajo el precepto jurídico de la presunción del delito, vigente en el código penal.
El Pastor Ibáñez es un hombre trabajador, honrado, en la comunidad se ha ganado el respeto de sus vecinos. La esposa del pastor y los niños, de 8 y 12 años, están aterrados por la preocupación de no saber en qué momento se aparecerá la policía para botarlos para la calle. La familia no tiene a dónde ir, ni pueden regresar a la casa que permutaron, porque sólo la de ellos fue confiscada.
Según declaraciones en distintos escenarios de las autoridades del gobierno, en Cuba se respeta la libertad de cultos, no se practican los desalojos y se le garantiza a cada acusado un juicio justo.
Nota: Cualquier interesado en conocer más detalles de esta situación puede contactar directamente al Pastor Julio Ibáñez, su celular es 015 27 20 3 55. Dirección: Calle 21 # 1068, entre 12 y 14, Municipio Mariel, la Habana. Se adjunta foto del Pastor.
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