Por Yusnaimy Jorge Soca, activista por los derechos humanos.
La Habana, Cuba. 3 de septiembre de 2009.
Soy una joven cubana, madre de un niño de 8 años de edad que todos los días llora en mi pecho por la ausencia de su padre, el Dr. Darsi Ferrer, mi esposo. Él es un afrocubano que hoy está injustamente en la cárcel, sobreviviendo en condiciones infrahumanas bajo trato cruel y degradante, por dedicar sus esfuerzos a luchar por los derechos civiles de nuestros compatriotas.
El Dr. Darsi Ferrer es un profesional y no un delincuente como lo tilda el régimen, es graduado de medicina, sensible al dolor ajeno y su único delito es que, de modo pacífico e inspirado en el ejemplo de grandes hombres como Martin Luther King y Mahatma Gandhi, práctica la desobediencia civil para despertar la conciencia del pueblo cubano, y reclamar el reconocimiento y la protección de las libertades y los derechos fundamentales de las personas.
El régimen racista que martiriza a nuestra nación desde hace 50 años no le perdona, entre otras labores filantrópicas, que sea negro y lideree una campaña anti apartheid, para que termine la inmoral e ilegal discriminación que sufrimos los cubanos en nuestro propio país, por la mera condición de ser nacionales.
En pleno siglo xxl los extranjeros y la casta en el poder disfrutan de todos los privilegios, mientras al resto de los cubanos se nos prohíben hasta cuestiones elementales como:
-Visitar determinados centros turísticos, atendernos la salud en clínicas exclusivas que son las dotadas de los recursos adecuados, entrar y salir del país, movernos libremente por el territorio nacional, tener un negocio privado que permita el sustento de la familia, escoger el tipo de educación que se prefiere para nuestros hijos, disponer de lo que supuestamente son nuestras propiedades, tener acceso a la Internet, expresarnos libremente, asociarnos de modo independiente según los intereses particulares. Se llega al colmo de que el Estado paga a los trabajadores salarios miserables en moneda nacional y vende la mayoría de los productos en divisas, a precios totalmente desproporcionados, además de muchas otras manifestaciones de marginación y racismo.
El castigo del gobierno contra Darsi es para tratar de silenciar su voz e impedir sus acciones mediante el uso de la fuerza y las arbitrariedades. En estos años ha sido víctima de hostigamiento, amenazas, golpizas a manos de turbas dirigidas por el aparato represivo de la seguridad del estado, secuestros y arrestos arbitrarios, expulsión de su empleo como médico y ahora cárcel desde el 21 de julio de 2009.
También por nuestra labor yo he sufrido golpizas, arrestos arbitrarios y los actos de repudio, donde decenas de individuos agresivos nos aterrorizan en la casa sin importarles siquiera el trauma que le causan a nuestro hijo con esa crueldad, niño al que en una ocasión llegaron a atentar contra su vida, cuando solo contaba con 5 años de edad.No busco que se abogue por la liberación de mi esposo, nosotros asumimos todo el sacrificio que nos imponga esta lucha porque nuestro pueblo llegue a disfrutar de libertad, justicia y democracia. Lo que pido a todas las organizaciones de derechos civiles es que se solidaricen con la digna causa que promueve el Dr. Darsi Ferrer, que le extiendan su mano a los cubanos y que con su apoyo solidario fortalezcan nuestras esperanzas.
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