Por Sinue Escolarte.
La Habana, Cuba
sinuescolarte@gmail.com
La subvaloracion a la inteligencia y la fuerza que posee los ciudadanos de un país, le puede costar bien caro a un gobernante que no la utilice en el momento adecuado, cuando ya ese pueblo este maniatado y atrapado bajo su total dominio. Antes, repito, le puede costar el puesto sin conseguir su objetivo. El absoluto poder. Cuidado señor presidente, el pueblo Venezolano es aun por suerte, libre.
Los cubanos estamos francamente en el después, porque entregamos ciegos toda la confianza a un triunfador que nunca ganó, a un ¨¨líder¨¨ por abandono del oponente y con ese error, regalamos también la iniciativa la voluntad y los derechos. La confianza, su exceso, nos condenó al silencio y la esclavitud.
Es esa la razón de que no supiéramos apreciar, que las autocracias avanzan con pasos sutiles, callados, ocultos en las sombras. O, tras una situación de confusión que permita darnos cuenta de los hechos después de ocurridos, nunca antes, sino después de aprobados, levantando la mano unánimemente, por embullo, por aceptación, automáticamente. En otros casos, contagiados por la emoción colectiva, como respuesta a alguna aparente o real injusticia, o ante actos de barbarie muy bien aprovechado. Así hemos dado siempre nuestra aprobación, enrolados en convicciones ajenas.
Esto demuestra que el método empleado para alcanzar el objetivo es fundamental, definitivo.Y el momento para anunciar cambios, crucial. En eso nuestro presidente ha sido una espada. El tuvo claro siempre cuando debía comenzar a subvalorarnos, su preciso lugar, por eso ha llegado hasta aquí.
Nadie que se diera cuenta del peligro inmediato, aceptaría fácilmente asumirlo con tal espontaneidad. Por eso tiene que estar oculto al máximo el propósito, difícil o imposible de ver para la mayoría. Es en ese momento donde el artista se luce haciéndolo invisible, para poco después, en su exacto instante, ponerlo a la vista de todos pero ya con absoluto control sobre la respuesta, con la seguridad de su aprobación. Así nos ha ocurrido a los cubanos.
Que tantas personas no perciban el dominio que ejercerán sobre ellos y la dependencia infinita que padecerán, hasta que sus consecuencias no se lo indiquen, es una muestra del método correcto, una prueba de innegable astucia, habilidad y confusión social.
Se trata de un trabajo lento, en el que las promesas ocupan un importante lugar. Pero resaltar los defectos del contrario y compararlos con los inmediatos cambios y ventajas que se viven, es definitivo. Dar mucho, regalar desde el principio, es siempre mejor que prometer para el futuro y las dos cosas, dar y prometer juntas, son superiores para avivar las esperanzas [misión Robinsón, Milagro, Barrio Adentro etc.]
Así comienzan los totalitarismos su lenta y aplastante labor. Dan primero, prometen dar mas después. Quitan lo primero que dieron y siguen prometiendo, cuando las esperanzas ya están sembradas y sus raíces bien implantadas. Esa esperanza que hace soñar conque nuestro esfuerzo, sacrificio y paciencia, serán capaces de alcanzar lo que se supone que merecemos, lo que finalmente disfrutaremos. Esa es la trampa a esa altura, ya tendremos dueño y estaremos inmovilizados.
Pero las promesas tienen fechas que en estos sistemas casi nunca pueden ser cumplidas, debido a la presencia del enemigo, ese que tiene que existir [en este caso compartido], para constantemente oponerse al progreso y desarrollo de la mayoría trabajadora, esa mayoría que ciega de recibir sin merecer lo que nunca tuvo ni luchó, no sabe apreciar cuanto le costará, aceptar lo que no se ha ganado y entonces, empujada, se enfrenta a todos menos al régimen. El enemigo, el amigo, el hermano se prepara militarmente con ahínco para defenderse de las posibles agresiones, esas que casi tenemos encima, que casi hemos sufrido como cierta y que en el caso cubano, no ha llegado ni llegara. 50 años son mas que suficientes para haber tomado la decisión. Nadie atacará ahora a un anciano moribundo y menos el recién electo presidente que va contra la guerra. Haciéndolo, solo conseguiría elevar su imagen recordada nada mas que por sus impopulares reflexiones.
Pero los bastiones y las guerras de todo el pueblo siguen y los gastos que esto implica, afectan nuestra economía y no permiten a la cúpula cumplir su palabra por culpa del imperialismo. Es entonces que nuevamente se nos pide un postrer esfuerzo, un sacrificio mayor, para alcanzar lo que ya se ve, el ansiado triunfo, que aunque aun lejos, ellos lo ven [?]. El incremento del producto interno bruto lo esta gritando. Solo tenemos que modificar alguna leyes impuestas por el gobierno anterior para que respondan a los intereses del pueblo, porque hoy son un obstáculo para llegar a la meta. También se hacen necesarios dichos cambios, para dar respuesta a la intensa escalada que contra nuestro país, emprende el enemigo.
Y fue así que se cambió primero y se modificó después nuestra constitución, iniciamos la furia de cambios constitucionales en América Latina. Fue una necesidad porque las nuevas ideas y proyectos, nos lo exigían, para hacer mas fuerte y segura nuestra masa, en manos de quien estarán los bienes de todo el pueblo, que así, tomará decisiones mucho mas justas. El pueblo no tiene que temer, ninguna ley lo perjudicará.
Con estas nuevas leyes, recibirás tu titulo de propiedad, pero... podrás vendérsela solo al estado. Es tuya, pero... si tu hijo no trabaja la tierra no puede heredarla. Es tuya, pero... no puedes regalarla, ni cederla a nadie. En fin es tuya aunque no tengas poder de decisión, ni derechos sobre ellas. Esas, son tus propiedades, ese es el poder del pueblo en los totalitarismos.
Mas ejemplos cansarían todos son iguales. Juegos de palabras en el que te ves dueño y no te ves, en el que tienes derechos y no los tienes, en el que todo será consultado y aprobado por el jefe.
Luego los hijos de la constitución se impondrán para dejarte definitivamente fuera del juego. Ellos si son aplastantes, tajantes, únicos, definitivos, inviolables, absolutos, fantasmas a veces. Se trata de ¨¨los decretos, los infalibles decretos¨¨ y su esposa ¨¨las circulares¨¨, hechos por una persona y aprobado no sabemos por quien, pero que inobjetablemente hay que aceptar, incluso como ya dije, a veces son fantasmas, no están escritos en ninguna parte. Los hijos que siempre gobernarán son peores que la madre, que de por si, es de madre.
En mi país, la estrategia fue segura y exacta, por lo que no hubo tiempo de analizar nada, en muy poco se hizo todo y se aprobaron los cambios constitucionales y ni cuenta nos dimos. Por curiosidad he preguntado y nadie recuerda haber aprobado tal aberración. Pienso que vuestro presidente, debió como en otras oportunidades asesorarse en el método, tan importante en este tipo de acción porque ese pequeño detalle, le dará al traste con el resultado. Esa discretísima enmienda que pretende hacer le da todas las oportunidades al presidente, esa simple frase a suspender lo cambia todo. ?Es pueril o inocente para pensar que será aceptado¿ Evidentemente lo querrá imponer para acusar a la oposición de bandoleros en contra del pueblo.
Pero el pueblo venezolano por suerte, aun es libre y a mi entender Chávez se apuró mucho y ha dado demasiado espacio de reflexión, lo que les facilitará el análisis, para entender las modificaciones intentadas para su constitución, que a todas luces, le aumentarían el poder y lo proyectarían en el tiempo manteniéndose seguro en el mando del país, indefinidamente, en franca y descarada lucha por el poder absoluto y eterno. Pero esto es muy difícil de repetir con nuestro ejemplo y con la idiosincrasia de su gente y las condiciones geográficas y sus fronteras y su sociedad que es diferente. Por eso, considero que al apresurarse en intentar esta acción, subvalora a su pueblo, cuando no lo tiene en su manos, por que aun es libre y le alcanza el tiempo para revisar, aceptar o negar, y esto presidente, usted no lo vio y en su falso triunfalismo, en su endeble populismo retórico y gritón, le hacen confiar o se sabe perdido y en su desesperación, se juega la ultima carta. Usted presidente, no tiene en cuenta la inteligencia de su pueblo y esto, le aseguro, le costará caro...
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