“ARRESTO Y PROHIBICION DE ASISTIR A LA IGLESIA Y A SEDE DIPLOMATICA”.
Por Jaime Leygonier.
La Seguridad del Estado arresto durante 30 horas, del 28 al 29 de abril al activista por los Derechos Humanos José Alberto Eiras Oviedo y le prohibió con amenazas de prisión asistir a la iglesia y acercarse a la Oficina de Intereses de los EE.UU. en La Habana.
Los policías lo arrestaron a una cuadra de esa sede diplomática donde acababa de hacer gestiones en el Departamento de Refugiados.
Según testimonia Eiras Oviedo, lo arrestaron en la cafetería de la funeraria Rivero a las 10 de la mañana, lo encerraron en el calabozo de la Unidad Policial de Zapata y al día siguiente lo interrogaron y amenazaron un agente de la Seguridad del Estado y una mujer que dijo ser la capitana de la Policía Nacional Revolucionaria Kenia Morales Larrea.
Tras hacerle un acta y sin levantar cargos contra el, lo soltaron a las 3 de la tarde.
Al arrestarlo los policías alegaron una supuesta acusación de un custodio de que Eiras Oviedo al conversar privadamente en la cola el Departamento de Refugiados uso expresiones de “¡Abajo Fidel¡” y deseo que Fidel Castro muriera.
Declara Eiras Oviedo: “Todo era falso, un empleado de la cafetería, quien dijo ser miembro del Partido Comunista, les dio testimonio de que yo no había dicho nada semejante, no le hicieron caso. Me esposaron tan apretado que me produjo escoriaciones e inflamación, esposado dentro del auto patrulla un policía levanto su tonfa en gesto de golpearme, arrestaron conmigo a Vladimir, un joven que coincidió conmigo en el lugar, les insistí que el joven no tiene nada que ver con la oposición, pero no lo soltaron hasta varias horas después. El agente y la capitana me amenazaron con la prisión por el “Delito de peligrosidad social pre-delictiva”- por no tener empleo –. Todo es porque los viernes vamos un grupo a la parroquia del Carmen y los domingos a la de Jesús del Monte y luego salimos marchando con los brazos cruzados en petición de la libertad de los presos políticos. Me dijeron que no podían permitir mas esa protesta, me levantaron un “acta de advertencia”, me prohibieron asistir a la iglesia y regresar a gestiones en la sede diplomática de los EE.UU., ni siquiera al Departamento de Refugiados. La policía que firmo un documento como Capitana Kenia Morales Larrea me dijo: “No quiero verte mas ni siquiera por los contornos de la embajada, si vuelves te arrestaremos y no será como esta vez sino que iras a prision por “peligrosidad”. ¿Ni siquiera puedo ir a Refugiados? “No, a ninguna parte”. Al mostrarles la inflamación que me ocasionaron las esposas el agente de la Seguridad del Estado me amenazo para que no lo divulgara: “Ponte hielo y no hagas nada o te va a pesar.”
La Habana, 30 de abril, 2008.
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