Por Dr. Darsi Ferrer
La Habana, 18 de abril de 2008.
Las versiones sobre la inminente reforma migratoria que eliminará restricciones a la entrada y salida del país de los cubanos, descartan que se favorezca a los trabajadores de la salud. En el caso de los médicos no hay modificaciones a la disposición de que solo los autorizan a viajar definitivo, y luego de un término mínimo de 5 años después de pedir la ¨liberación¨.
El gobierno justifica esas prohibiciones con el argumento de la formación gratuita de los profesionales. Razón que en parte es válida. Resulta lógico que los gastos deban ser retribuidos. La trampa se oculta en la habilidad de no implementar regulaciones que fijen el modo de saldar la deuda contraída.
¿Cómo explicar que un especialista que lleve 40 años ejerciendo la profesión médica aún arrastre la deuda con el gobierno, del mismo modo que un recién recibido?
¿Por qué no se aclara cuánto invierte el estado en la preparación de un médico y en qué plazo de trabajo se calcula que el beneficiado podrá pagar la inversión?
Bajo las condiciones vigentes los graduados universitarios deben vivir en permanente agradecimiento a la revolución. Y están expuestos a recriminaciones en caso de hacer cuestionamientos o de tener una actitud no acorde a los intereses del sistema político.
Como resultado de las prohibiciones a los viajes miles de médicos están en condiciones de rehenes, esperando que un día los liberen y poder abandonar el país. Otros, seguirán sumándose a la lista.
Todos los que desean emigrar sufren castigos adicionales, como la reubicación en puestos de trabajos de menor rango, la suspensión de la categoría docente a quien la tenga, el impedimento de pasar cursos de superación y de la asistencia a actividades científicas.
Muchos terminan separados de sus seres queridos y sin posibilidad de satisfacer sus aspiraciones, por las que desean marcharse.
El ministerio de salud reconoce una cifra total de médicos que ronda los 75 mil, sus familias también son víctimas de la violación a sus derechos y de las consecuencias que de ello se derivan.
La evolución en el campo de la medicina exige de constante estudio e investigación. En Cuba los galenos tienen vedado el uso de la Internet y carecen de literatura actualizada. Limitaciones que empeoran por no contar con la posibilidad de asistir a eventos internacionales, salvo excepciones de algunos privilegiados afines al gobierno.
La libertad de viajar es un derecho básico de todo ser humano, se obtiene por nacimiento de modo natural. Su disfrute no se relaciona a regalos concedidos por institución alguna, la función de las instituciones es reconocer y proteger ese derecho.
El salario promedio de un médico es de unos 20 dólares al mes, apenas alcanza para satisfacer un mínimo de las necesidades elementales. La mayoría están obligados a buscarse la vida en actividades consideradas ilegales, pues les prohíben el ejercicio de la medicina privada y la realización de otras labores ajenas a su profesión.
Cerca de 30 mil cumplen en la actualidad "misiones internacionalistas" en países del tercer mundo. El gobierno es el único intermediario en los contratos de trabajo y les paga alrededor del 12 % del dinero convenido. Estos ¨internacionalistas¨ aportan al gobierno más de mil millones de dólares anuales.
Las condiciones en las que se encuentran son de trabajo esclavo. Permanecen largos periodos de tiempo separados de su tierra, no tienen permitido viajar con sus familias, viven en albergues, deben asumir serios peligros por las enfermedades exóticas y el rechazo que despiertan en muchos opositores de esos gobiernos.
A través de sus labores los utilizan, además, para satisfacer compromisos políticos más que humanitarios. Con frecuencia no se aprecia el esfuerzo que realizan sino que se les acusa de exportar a los países donde los reciben el modelo totalitario de ideología comunista.
De ahí surge la explicación real de por qué el gobierno cubano retiene la salida de los trabajadores de la salud en detrimento del derecho a viajar libremente. Se trata de la necesidad de cumplir con los planes de exportación de miles de médicos, sin que colapse el sistema de salud de la Isla.
A pesar de esa política es visible la afectación de la cobertura médica en Cuba. La población sufre las molestias que ocasionan el considerable número de consultas cerradas y los diversos servicios que no se ofrecen, porque muchos de los médicos, enfermeras y recursos son enviados a otros países sin garantizar su sustitución.
Dejar al margen a los trabajadores de la salud del reconocimiento a su derecho de viajar libremente desalienta a los jóvenes con intenciones de estudiar la carrera, castiga a los graduados en la profesión y constituye otra de las evidencias que demuestra el carácter arbitrario del sistema político vigente en Cuba desde hace 50 años.
No comments:
Post a Comment