Friday, March 13, 2009

Las señales del pueblo.

Por Sinue Escolarte
La Habana, Cuba.
sinuescolarte@gmail.com




Nadie puede negar que la crisis financiera internacional que sufre hoy el mundo es el producto de un defecto en la aplicación de los conceptos y las leyes que regulan la economía capitalista, que a su vez es la asumida por la inmensa mayoría de los países. Tampoco nadie negaría que cuando esto ocurre, los mas desarrollados se encuentran en la cúspide de su nivel tecnológico, de sus valores y talentos sociales y del bienestar de sus habitantes, haciendo que la repercusión se sienta más. Esto trae como consecuencia el temor a abandonar los niveles de vida alcanzados y la reacción de defensa agrava la situación. Los pobres no lo son tanto en tales momentos aunque indudablemente se encuentran muy lejos de tener una vida decorosa. Muchas señales sociales, si son captadas a tiempo, dan la posibilidad de iniciar medidas de control que aminoren la velocidad o aborten la posibilidad del desencadenamiento de la crisis. Si no se observan las señales emitidas por la sociedad sumergidos en otros problemas ¨¨necesarios¨¨, como las guerras, que son acumuladores de la atención, imperceptiblemente se infiltran las dificultades y como bola de hielo en la pendiente, crecen hasta aplastar todo lo que a su paso interfiera. Detenerla por tanto será mucho mas difícil. Es la tarea que tiene por delante el presidente Obama y su equipo de dirección y para lo cual tendrá que demostrar que desde su raza, se pueden conseguir hazañas. El compromiso adquirido con la humanidad es inmenso y lo sabe. Por eso está exprimiendo su capacidad y desplegando su inteligencia al máximo en el logro de su objetivo. ?Que haría el Hombre Mas Bueno del mundo si tuviera esta posibilidad. A quien criticaría, que quitaría, que cambiaria¿. Ni lo pensemos.

Mejor analicemos lo que nos ha pasado a los cubanos y porque estamos trabados en esta situación que nos amordaza cada día, sumiéndonos en la desesperación, mientras la crisis que tendrá obligada solución, según palabras textuales de habitantes normales que viven legales en Los Estados Unidos y no de los televisados por la TV cubana, hasta ahora, es mas rollo que película.

La dirección y el camino de una sociedad no la decide la voluntad de una persona. Se necesita condiciones apropiadas, un medio concordante y una visión política proveniente de la mayoría de los hombres que la componen con sus conceptos y necesidades. También su idiosincrasia y deseo emprendedor resultan importantes para conducirla hasta el lugar mas lucrativo y benefactor. De no tenerse esto en cuenta, se estará forzando el destino como a una liga aunque no lo parezca y tendrá un tope en el que no será posible estirarlo mas sin riesgo de que se rompa. Fue y es, nuestro caso. Una sociedad forzada por un solo hombre a actuar, sin tener en cuenta el criterio del pueblo, obligado a vivir como él lo soñó.

En la actualidad sigue sin tenerse en cuenta nuestra apreciación, a pesar de que las señales emitidas por la sociedad cubana son de inminente necesidad de cambios, debido a que su estiramiento es máximo y la capacidad de ceder se agota por minutos amenazando con la ruptura. Por eso se anuncian modificaciones que nunca llegan, con el fin de incrementar la resistencia en la esperanza para el lógico intento de ganar tiempo y sostener la presencia de los cadáveres políticos que nos desgobiernan, hasta el punto en que juzgarlos, sea inútil o innecesario. Ellos conocen que cualquier cambio hacia la apertura provocaría una reacción dominó y la necesidades reprimidas de muchos, se volcarían incontrolables expulsándolos por cualquier vía de su posición, lo que significa un elevadísimo peligro debido a que saldrían a la luz, una cantidad insospechada de diferencias sociales, inducciones de ideas inútiles, acciones dañinas, e injusticias sociales que harían despertar a los mas ignorantes engañados, sin poderse medir la magnitud de sus consecuencias.

Hemos alcanzado el punto al que se llega siempre por este forzado camino, no elegido por el pueblo, en el que se hace visible la imposibilidad del régimen para demostrar los beneficios y la eficacia del modelo, que les prometió, emergiendo por el contrario, las ventajas para los que lo imponen, ahora con mayor claridad. Cada día son mas evidentes las diferencias entre la elite y el ciudadano de a pie, haciéndose inútiles y repulsivas sus justificativas comparecencias.

La crisis financiera ha venido como anillo al dedo para desviar la visión social, disminuyendo algo la responsabilidad gubernamental en nuestro actual destino, para que no se note tanto el estancamiento y la desolación que dificulta su autoreproduccion, la misma que por mucho tiempo les permitió mantener la fuerza, sin la cual no pueden aceptar los inevitables cambios que se avecinan y mantener a la vez, la línea política del seudosocialismo que exportamos a otros países, debido a la involución sufrida por la sociedad cubana, motivada por los excesivos controles y restricciones exageradas a la que han sido sometidas las mentes y conductas de sus habitantes por medio siglo, convirtiéndoselas en muchos casos, en cerebros atrofiados, incapaces de progresar, pero a la vez, imposibilitados de poner en peligro el poder estatal.

Es entonces cuando sin esperarlo, se toman medidas importantes y nuevamente el pueblo tiene que imaginarse los motivos, sin derecho alguno a la explicación, con solo una ínfima dosis de verdad, si es que existe, induciéndonos a pensar en corrupción y ambición y no en aversión, desapego al sistema y en conspiración contra los que hasta ahora lo imponen. Era lógica la mini reflexión del máximo líder, y la acostumbrada desviación de la atención esta vez hacia la pelota, para restarle importancia a uno de los hechos mas relevantes en los 50 años de revolución, equivalente o superior por su expansión social, a los sucesos relacionados con el narcotráfico y los fusilamientos de la causa numero 1, casi en el olvido. El ministro de economía, el vice presidente de los consejos de estado y de ministros y el canciller además de otras importantes personalidades, expulsados, botados de sus cargos, sin que ninguno se manifestará en desacuerdo, es otra gran mentira. Lo que pasó solo lo dominan ellos. Para el pueblo, queda la farsa.

Darle la importancia que tiene y tomar medidas enérgicas irritaría mas el tejido social, que pudiera debido a su máxima inflamación, llegar a la necrosis y la putrefacción. Por eso las benévolas medidas y las nulas explicaciones. Lo ocurrido es una innegable señal de advertencia y una vez mas, se bloquea la verdad ante los ojos de todos, que maniatados por un régimen hermético, que continua concentrando el poder, envejeciendo en él y militarizando el gobierno, convulsiona en su ictus final.

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