Wednesday, April 24, 2013

Los Castro y su maquillaje y difraz del sistema de prisiones

Por más de medio siglo Cuba constituye un estado policiaco. Es un campo de concentración con alambradas, donde la "ley" no es otra cosa que un instrumento de dominación al servicio de los castristas. La élite gobernante controla y es dueña de todos los poderes estatales (ejecutivo-legislativo-judicia l). De hecho, si se analiza lo referente a los tribunales, se tiene la realidad de que los jueces, fiscales y abogados son plantilla y empleados del gobierno, sin ninguna independencia y completamente sometidos a los intereses del régimen. Una curiosidad, que para nada asombra, en todo el territorio de la isla la única cárcel abierta a la opinión pública es la prisión de la Base Naval de Guantánamo, perteneciente a los EEUU. Las cárceles de los Castro han permanecido herméticas a los ojos curiosos de las instituciones internacionales encargadas de supervisar el trato y las condiciones de los reclusos donde quiera que se denuncian irregularidades. En lo que representa una torpe manipulación de la realidad interna y una burla a la comunidad internacional, hace unos días los Castro organizaron una visita dirigida de la prensa extranjera acreditada en el país a varias prisiones escogidas y preparadas con antelación. Esos periodistas no tuvieron acceso a los presos políticos ni a los comunes con opiniones molestas. Y, como es de esperar, esa poco frecuente función circense tiene un propósito malsano. Esta vez pretenden limpiar su imagen ante la próxima Revisión Periódica Universal a la que les toca someterse en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, y a la que llegarán señalados como perpetradores de violaciones de las libertades y derechos fundamentales de los cubanos. En el 2009, como castigo de mi labor opositora, tuve que pasar por el Gulap antillano. Allí pude constatar que las prisiones son antros de torturas físicas y psicológicas. Todas están atestadas de reclusos que sobreviven en condiciones infrahumanas y en un hacinamiento atroz. Los nuevos que van ingresando están obligados a dormir en el suelo durante meses por la falta de camas. Las literas en las galeras son de tres pisos, la falta de espacio y el calor resultan asfixiantes. Estos lugares no tienen prácticamente ventilación y la iluminación es pésima. La falta de higiene e insalubridad favorece la propagación de vectores de enfermedades de todo tipo, como ratas, cucarachas, moscas y mosquitos. El maltrato y las golpizas de los guardias son constantes. La alimentación no satisface las necesidades de nutrientes para sostener la salud y muchas veces los pocos alimentos se sirven descompuestos. Casi no existe asistencia médica y mueren reclusos por causas evitables. O sea, el sistema penitenciario de los Castro, con una población penal superior a los 100 mil reclusos, es medieval y plagado de crueldades. Toda una gran máquina de moler a todo el que les cae en sus manos. Cualquier otro criterio es puro cuento vietnamita.

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